Este robot japonés sólo tiene un cometido: hacerte feliz. Lovot necesita que lo quieran, por lo que demanda amor y atención de su propietario de forma continua. Se acerca a ti agitando los brazos para que lo cojas y abraces su superficie suave y mullida. Puede incluso quedarse dormido encima de ti.
El robot cuenta con 50 sensores, cámara y micrófono. No habla, pero cuando reconoce a su dueño, lo busca y si se lo acaricia o se le cambia la ropa hace sonidos en señal de agradecimiento.
Eso sí, tanto amor no es barato: Lovot cuesta 5.520 dólares.
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